AGUAS QUE SANAN

Qué es más relajante que estar en una piscina, sin ninguna preocupación y escuchando sólo el sonido del agua. Y mejor aún, qué pasa si esa piscina tiene la temperatura perfecta y una vista espectacular. ¿Serían las vacaciones perfectas o no? Por suerte no hay que esperar todo el año para que llegue el verano y disfrutar del agua. En las termas lo puedes hacer cuando quieras.

Chile es un país privilegiado. Tiene mar, montañas, desierto y una extensa vegetación para cualquier gusto. Pero no sólo eso. Además tiene una gran variedad de termas, las cuales se encuentran de norte a sur y ofrecen los más diversos tratamientos y paseos.

Las termas son conocidas por ser relajantes y entretenidas, pero también por lo beneficiosas que para la salud. Puede aliviar enfermedades como la artritis y la artrosis y a la vez reducir y, en los mejores casos, eliminar el uso de medicamentos.

Pero ¿qué son las termas? Son básicamente baños de aguas minerales calientes las cuales emergen de la tierra a través de perforaciones. A ellas se les atribuye ciertos beneficios para la salud.

Estas pueden tener distintas temperaturas u orígenes, sin embargo todas se remontan a la época de los romanos, dónde las aguas termales eran los principales tratamientos para las enfermedades. Son efectivas para personas de todas las edades, pero quienes más sentirán sus efectos curativos son los adultos mayores.

RELAJO Y SALUD

El ser humano necesita de minerales. Hay algunos que los produce el cuerpo y otros que se adquieren mediante los alimentos ingeridos. Pero además hay otras formas de conseguirlos. Las termas son una de ellas ya que en sus aguas podemos encontrar sodio, potasio, calcio, fósforo, magnesio y oligoelementos, los cuales son fundamentales para la salud y que el cuerpo las adquiere mediante osmosis.

Pero lo que más atrae de las termas, sin duda, es la temperatura del agua. Además de ser lo más relaja, soluciona un montón de dolencias y enfermedades. Esto es porque permite que se mejore la oxigenación de los tejidos y que se liberen substancias que producen un efecto antiinflamatorio que calma el dolor y relaja los músculos, provocando una sensación de bienestar. Pero no sólo eso, también aumenta la temperatura corporal, matando gérmenes y eliminando las toxinas y estimulando las defensas del organismo.

MEDICINA TERMAL

Hace algunos años atrás, la Sociedad Internacional de Medicina Hidrológica, encargada de investigar los beneficios del agua en la salud, hizo un estudio en que descubrieron que las termas no sólo alivian dolencias y malestares, sino que también cura algunos problemas serios a la salud tales como enfermedades reumáticas crónicas, neuroparálisis central y periférica, algunas enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad y la gota, problemas gastrointestinales crónicos y enfermedades respiratorias leves. También alivian problemas de la circulación, enfermedades crónicas de la piel, enfermedades relacionadas con el estrés y otras de tipo psicosomático, secuelas de trauma y enfermedades ginecológicas crónicas.

Sin embargo, hay que recordar algo importante: siempre es necesario consultar antes con un médico para que indiquen cómo utilizar correctamente los baños termales y así aprovecharlos en su totalidad. En muchos casos hay que complementarlo con un tratamiento acorde para cada caso.

NO ES PARA TODOS

A pesar de que las termas son ampliamente recomendadas, hay que recordar que no todos los casos son iguales. Por ello, deben saber quienes están aptos para disfrutar de esta agua y quienes no.

No deben usar las termas personas que sufren de:

  • Úlceras gástricas.
  • Cardiopatías descompensadas.
  • Hipertensión severa.
  • Nefritis.
  • Procesos asmáticos en crisis
  • Tuberculosis.
  • Distintos tipos de tumores y cáncer

PARA TENER EN CUENTA

  • No porque el agua esté más caliente significa que hará más efecto.
  • Evite utilizarla por más de 15 a 20 minutos.
  • Controle su presión arterial antes de utilizar las piscinas termales.
  • Para evitar problemas de salud, repose en cama muy abrigado después de cada baño.
  • Tomar los baños preferentemente durante la mañana o cuatro horas después de almuerzo.
  • Nunca comience con baños muy calientes ya que el cuerpo se debe adaptar a los cambios biológicos.

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